Utilizando la figura de un gobernante amazónico como símbolo de resistencia y transformación, Daniel De La Barra denuncia la explotación ambiental y el colonialismo con La venganza del cacique I: rapto de Europa.
Entrevista: Leyla Aboudayeh
¿Cuál es la génesis de La venganza del cacique I: rapto de Europa?
La venganza del Cacique se concibe desde el desarrollo de una fábula sobre el cacique Lomiamarillo, un pájaro amazónico cuya característica principal es falsificar el sonido de más de doscientas aves. En cuanto supe cuáles eran mis intenciones e intereses con el proyecto, me puse en contacto con Manuel Moyano, un colega escritor con quien coincidí en la Real Academia de España en Roma, y tenía claro que podía ser mi cómplice en esta barca. En esta fábula, el cacique es asesinado por unos exploradores y resucita quinientos años después, liberándose de su cuerpo, subyugado a las leyes del espacio físico. Del mismo modo que hacía en vida imitando cientos de cantos, decide emprender su venganza falsificando la historia. Emprende una travesía transformando el mito de la modernidad europea para evitar la muerte de su familia y la destrucción de su hogar. Buscamos abordar el infinito potencial de la imaginación como fuerza regeneradora, poniendo en entredicho las estructuras de poder que relegan a la naturaleza a un espacio de explotación y dominación, destapando las múltiples máscaras del relato de la exploración y el progreso ante la devastación ecológica.
¿Nos puedes hablar del poder simbólico que encierra el título?
Me interesaba jugar con la dualidad de la palabra “cacique”, que por un lado es nuestro pájaro protagonista, pero también hace referencia al líder de una comunidad. Ambos están en búsqueda de venganza contra una Europa sin tiempo, no entendemos en primera instancia si se refiere al mito o al proyecto político/económico. Una forma de reconstruir la historia es, precisamente, destruirla, imaginarla, jugar con ella.
Fábrica de Quinua. La venganza de Cacique I: Rapto de Europa. Daniel De La Barra
¿Nos puedes hablar de la crisis de la representación del paisaje en tu muestra?
Confundimos el “paisaje” con la idea que tenemos de su valor. Se cree que la tierra es lo que la representa a través de lecturas productivas: esquemas, fragmentos, mapas para incursionar y hacer uso de la vida que contiene, desde su origen, en la construcción de lo romántico e idílico para someter a los territorios a través de las imágenes.
¿Cómo trabajas la figura del "cacique" para que no abarque todo el discurso visual de la obra?
El proyecto realmente se construye desde la fábula, pero no explica ni revela, sino que narra desde adentro, como si fuese la atmósfera o filtro con el cual entramos a mirarla. De algún modo, el cacique nos permite entrar en su plumaje para navegar la historia desde su mirada. Volvernos falsificadores y fabuladores para pensar una historia distinta. El cacique, en realidad, es un falsificador nato, y yo consideré también que mi práctica pictórica lo era de algún modo, buscando modos de transformar los relatos de poder en la historia.
¿De qué manera el conjunto dialoga con los conflictos coloniales (y socioambientales) actuales?
Abordo la construcción del mito de la modernidad europea que se nutre del mito de lo romántico y exótico. Confundimos, desde entonces, la ruralidad con la idea que tenemos de su valor. Se cree que la tierra es lo que la representa a través de lecturas productivas: esquemas, fragmentos, mapas para incursionar y hacer uso de la vida que contiene. Hay una serie de consideraciones que se deben tener en cuenta sobre la inserción del concepto de paisaje dentro del imaginario urbano y occidental. Desde una lógica capitalista, la imagen desempeña un rol fundamental en la producción de patrones que someten a lo periférico —la tierra y sus cuerpos— como objetos de extracción. La idea del paisaje se construye desde su eco, desde la data que se recolecta de él y las incisiones quirúrgicas que lo someten tanto físicamente como conceptualmente. En esta muestra me interesaba cambiar la dinámica de trabajo y, a pesar de seguir teniendo un componente político y crítico contra las prácticas extractivas en el territorio amazónico, decidí trabajar desde la creación de una fábula donde poder sentirnos identificados con un personaje que busca entender cómo se construye este relato, que lleva al mundo a la destrucción de su hogar y la muerte de su familia.
¿Puedes profundizar acerca del concepto "anti-paisaje" en esta serie, por favor?
La idea de trabajar el antipaisajismo surge hace algunos años desde una profunda admiración a las formas irruptivas de la antipoesía del poeta chileno Nicanor Parra, como reto a las estéticas narrativas imperantes y socialmente aceptadas. Esta motivación antipaisajista busca ver más allá de la circunferencia, de lo ya nombrado y conquistado, representando lo que se entiende como paisaje desde sus anhelos o sus pérdidas. Tenemos un enorme deber con el porvenir y la deconstrucción de conceptos. Con la excavación de narrativas sobre el paisaje que lo someten desde una serie de ideas fundadas por el desencadenamiento de procesos coloniales y sus contornos modernos. Los conceptos son ágiles ráfagas que llevan sobre sus alas misteriosos y potentes conjuros.
¿Cómo te influenciaron las residencias y exhibiciones anteriores?
Imagino que me influenciaron del mismo modo que todos los viajes de investigación y trabajo de campo. Eso es lo importante para mí, y la producción en instituciones (residencias o muestras) termina simplemente haciendo eco o antena parabólica de una trama más compleja de intereses que me empujan.
¿Cómo dialoga La venganza del cacique con, por ejemplo, Landscapes Grow under Your Table?
En Landscapes Grow under Your Table me centré específicamente en la construcción de los ideales del romanticismo y su repercusión en los sistemas de explotación en nuestro tiempo. La fábula del cacique se basa precisamente en navegar la historia para falsificar distintos episodios que derivan en la destrucción de su hogar. Uno de ellos es, sin duda, la idea del paisaje romántico que se evocaba en esa exposición anterior que realicé en Delfina Foundation (Londres), donde vinculaba los paisajes románticos de sus museos con las granjas verticales de cultivos transgénicos que se están extendiendo en los búnkers antiaéreos de la II Guerra Mundial en el subterráneo de la ciudad.
Galería: 80 m2 de Livia Benavides
Martes a Sábado de 11:00 am - 7:00 pm
Malecón Pazos 252, Barranco, Barranco, Lima, Peru Lima
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