Frontera adentro: Tensiones en el paisaje contemporáneo
- Jerson Ramirez
- 1 may
- 3 Min. de lectura
Frontera Adentro bajo la curaduría de Emilio Longhi y Jerson Ramirez reúne a ocho artistas que exploran el paisaje como territorio simbólico, político y emocional, enfrentando temas como migración, memoria, racismo y ecología desde una mirada crítica y profundamente personal.
Escribe Jerson Ramírez

Según la Real Academia Española (RAE), un territorio es una “porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región, provincia, etc”. En este sentido, la noción de territorio como espacio delimitado por fronteras se encuentra estrechamente ligada a un sistema de gobierno, el cual, a su vez, se rige por una línea ideológica. Cuando nos desplazamos de un territorio a otro, es muy probable que nos dejemos hipnotizar por sus bellos paisajes, los cuales define la RAE como “parte de un territorio”. Tras analizar estas definiciones, nos cuestionamos si al contemplar un paisaje nos atraen solo sus cualidades estéticas, o también la ideología en él implantada.

Podemos encontrar una respuesta en la esencia del romanticismo alemán, un movimiento literario y filosófico surgido entre finales del siglo XVIII e inicios del XIX que priorizó la subjetividad sobre la razón. Quizás su más grande manifestación en las bellas artes se dio a través del nacimiento del paisaje como género pictórico. Desde ese momento, la representación del territorio dejó de servir como tela de fondo para los retratos y la pintura de historia, y se convirtió en protagonista.

Uno de los más grandes representantes de este género fue el alemán Caspar D. Friedrich, quien pintó imponentes parajes en los que la humanidad queda reducida a un minúsculo espacio, generando una abrumadora sensación de impotencia ante la naturaleza. En el contexto local, en cambio, el paisaje no corrió la misma suerte. Posiblemente se puede mencionar a Francisco Laso como un pionero local, pero recién a partir de inicios del siglo XX el paisaje peruano comenzó a ganar terreno gracias al pincel de Teófilo Castillo. En sus obras predominan grandes nevados bañados por una intensa y cálida luz que parece encenderlos en llamas. Al enfrentarse a uno de sus paisajes, el espectador se convierte en una suerte de explorador que descubre terrenos vírgenes.
En cualquier caso, si nos transportáramos ahora mismo a los puntos exactos desde los que estos artistas representaron el territorio, probablemente no veríamos lo mismo. Por un lado, debido a los grandes cambios que se han dado a lo largo del tiempo, es muy probable que de los nevados andinos de Castillo no queden más que montañas áridas. Por otro, la facilidad con la que nos desplazamos actualmente y el acceso a la información a través de internet hacen que cada vez resulte más complicado impresionarnos. Nuestros ojos, definitivamente, no son los mismos que los de un hombre del siglo pasado. Si tratáramos de representar exactamente el mismo paisaje, desde el mismo punto de vista y con la misma técnica, el resultado sería muy distinto.

Volviendo a la primera cuestión, dejarnos envolver por la atmósfera de un territorio, entonces, no tendría mucho que ver con su ideología, sino con el impacto estético que desencadena una serie de emociones en nosotros. Así, cuando hablamos de paisaje como género pictórico, no hablamos de una representación fotográfica, sino de una representación en la que el artista interioriza la luz, colores y formas para elaborar una interpretación personal. No es la ideología imperante en un paisaje la que vemos en su representación, sino la del artista.

“Frontera adentro” reúne a 8 artistas que se apoyan en el paisaje para elaborar complejos discursos en torno al territorio local y los efectos que las grandes olas migratorias características del siglo XX han tenido en él y la sociedad limeña. A través de diversos medios, en el conjunto de obras se acusa la búsqueda y reafirmación de las raíces, el aún latente temor a lo diferente manifestado en el racismo y la discriminación, y los dañinos efectos el neoliberalismo sobre el medio ambiente. La visión del paisaje de la mano de Alejandro Jaime, Alejandra Orosco, Cindy Ramirez, Claudia Coca, Emilio Longhi Fabiana Burneo, Ignacio Álvaro y Liz Quispe dista mucho del clásico arquetipo decimonónico, y es que si bien prima una suerte de romantización del territorio, también reside en las obras de estos creadores la necesidad de recurrir a él como un medio de comunicación y expresión de sus inquietudes políticas y estéticas.
Espacio Encuentro
Jr. Cajamarca 106, Barranco
Sab-Dom 11:00-18:00
Espacio Encuentro
Jr. Cajamarca 106, Barranco
Sab-Dom 11:00-18:00
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