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Huerto cerrado

Foto del escritor: VocabloVocablo

Actualizado: 21 ene

Julio Gómez nos invita a explorar las geografías oníricas de su serie Huerto Cerrado, un tributo a Alfredo Bryce Echenique y Henri Rousseau. Su obra conecta literatura, pintura y recuerdos personales, transformando paisajes limeños y simbolismos naíf en un diálogo cultural único.


Escribe: Vera Tyuleneva



Extraña diversión, óleo sobre lienzo, 150 x 130 cm. 2024
Extraña diversión, óleo sobre lienzo, 150 x 130 cm. 2024

El tejido intertextual es un terreno fértil de posibilidades infinitas. Las imágenes y las palabras, surgidas de diversas autorías y contextos, se entrelazan en un juego intrincado que trasciende la simple correspondencia narrativa.


Esta serie de cuadros de Julio Gómez es un eco onírico, un reflejo refractado del primer libro de cuentos de Alfredo Bryce Echenique, Huerto cerrado, publicado en 1968. El libro irrumpió por primera vez en la vida del artista durante su adolescencia y se convirtió de inmediato en uno de sus referentes literarios predilectos. Las tormentas juveniles del protagonista, enmarcadas en el familiar paisaje limeño, lo conmovieron profundamente y quedaron grabadas en su memoria. La obra fue un compañero constante, desapareciendo y reapareciendo en distintos momentos de su biografía, hasta que, con el tiempo, se materializó en esta serie de pinturas, cada una titulada según los cuentos de Bryce.


El diálogo entre los relatos y los cuadros no es únicamente un dúo de lenguajes expresivos o una conversación entre dos generaciones que compartieron Lima; es, además, una interlocución entre dos mundos personales, dos huertos cerrados cargados de recuerdos, asociaciones y símbolos.


En este diálogo también se percibe un ingrediente adicional, convirtiéndolo en un coloquio de tres voces. La primera edición de Huerto cerrado, tan significativa para el artista, incluía en su portada fragmentos del cuadro Jugadores de fútbol de Henri Rousseau. Esta obra de 1908, actualmente en el Museo Guggenheim de Nueva York, es una de las piezas icónicas del célebre “pintor-aduanero” francés, figura central del arte naíf de su época. Aunque la elección de esa imagen para la portada puede haber sido casual por parte del diseñador gráfico, quedó indeleblemente asociada en la memoria del lector con los textos de Bryce, como suele suceder en estos casos. Así, Rousseau, ajeno al paisaje urbano limeño, se sumó sin querer a esta conversación.


El descubrimiento de América, óleo sobre lienzo, 130 x 150 cm. 2024
El descubrimiento de América, óleo sobre lienzo, 130 x 150 cm. 2024

Esta exposición es un tributo de Julio Gómez tanto a Bryce como a Rousseau. En todas las pinturas se filtran referencias a Rousseau: desde sus inverosímiles selvas, habitadas por fieras y aborígenes igualmente fantásticos, hasta detalles mágicamente trasladados a un trópico urbano, tangible y real, que contrasta con las fantasías del aduanero parisino. Dos de las obras destacan como apropiaciones directas: El descubrimiento de América reinterpreta El sueño, invadido discretamente por el auto estrellado de uno de los cuentos de Bryce; y Extraña diversión, pieza titular de la serie, es un remake de los mencionados Jugadores de fútbol, con edificios limeños emergiendo en el fondo del idílico parque, evocando el golf de San Isidro.


Esta conversación a tres voces evoca las complejas rutas que los textos, imágenes y contextos distintos trazan en nuestras mentes y en nuestras vidas. Cómo se nutren mutuamente, se entrecruzan, forman hitos significativos y engendran nuevas creaciones. Gracias a su encuentro fortuito en la primera edición de Huerto cerrado, Rousseau y Bryce transitan juntos por las geografías oníricas de Julio Gómez.


Dos indios Óleo sobre lienzo, 140 x 170 cm. 2024
Dos indios, óleo sobre lienzo, 140 x 170 cm. 2024

Julio Gómez es un artista peruano nacido en el Callao, ciudad portuaria a orillas del océano Pacífico. Hijo de artesanos, desde pequeño se vinculó al taller familiar de pintura costumbrista y a ferias de arte popular. Se formó en pintura y dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima en los años 90, obteniendo al graduarse la Medalla de Plata en la especialidad de pintura.


Un viaje al Cusco, tierra de su familia paterna, lo marcó profundamente a nivel pictórico. En su obra explora paisajes, deidades andinas, literatura fantástica, historietas, juguetes antiguos y tecnología. Su estilo, influido por el arte naíf y el pop art, expresa nostalgia, cotidianidad y un sutil compromiso social. Ha recibido premios y reconocimientos tanto en su país como en el extranjero. En 2023 obtuvo el segundo lugar en los E.SUN Awards en Taiwán y, en 2024, fue seleccionado para participar en la IV Bienal de Pintura al Óleo de Dafen, en Shenzhen, China.



Del 20 de enero al 20 de febrero

Horario: Martes a domingo de 11 am a 6 pm

Casa Fugaz: Constitución 250, Callao





 

 



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