Ejerció como sociólogo, publicista y comunicador, pero sobre todas las cosas Sandro Venturo Schultz (1967-2024) fue un humanista ejemplar. Hace unos días hubiese cumplido 57 años y queremos recordarlo con este texto sobre Herbert Rodriguez que colgara el 26 de abril de 2022 en su Facebook.

Imagina que Sendero Luminoso pinta una de sus frases “revolucionarias” dentro de un aula de la San Marcos y viene un artista y la interviene convirtiendo la frase en un garabato de caritas y mostritos y otros símbolos. Ahora es un mural “artístico”.
Imagina que otra pinta terrorista, en el pasillo de la facultad, se minimiza visualmente porque al lado le pintan una pichula gigante y colorida. Imagina que los senderistas están furiosos porque su violentismo se desarma frente al humor iconoclasta y la ironía impermeable de un anónimo.
Imagina que Sendero está planificando darle vuelta a ese “artista burgués”, pero al día siguiente, en la misma universidad, amanecen los afiches del gigante Abimael Guzman (quien señala hacia el horizonte a una masa de personitas que literalmente le rodean los tobillos) al lado de unos afiches con el retrato del loco Poggi, compitiendo así por cuál es el más lúcido en el Perú descabellado de entonces.

Imagina que el artista, tiempo después, hace lo propio contra Montesinos y otros tótems del sistema oficial de la pobreza y la corrupción.
Imagina que el artista, desde los ochenta, arremete igual contra la prensa basura, el sexismo, el consumismo, la corrupción, la violación de derechos humanos, en fin, todos esas realidades que nos joden, y también, por supuesto, contra el elistismo en el arte y el racismo de las galerías y los museos.
Imagina que el artista es parte de una corriente que sostiene que el arte debe ser parte de la vida y no sólo una maquinaria que genera mercancías millonarias que no interpelan a las personas, ni las invitan a reflexionar.
Imagina que en la última década esa concepción de arte -callejero, efímero, activista, político, etc.- recién es reconocida por los principales eventos e instituciones de arte contemporáneo en el mundo. Y que se viene haciendo un esfuerzo por recuperar, documentar, estudiar, es decir, valorar, la acción artística con filo, no formal, esto es, la producción artística no comercial, la pasión artística que se trenza con la vida diaria y la acción ciudadana.
Ahora deja de imaginar todo esto porque todo esto comenzó a suceder en Lima desde fines de los 70 y que el artista se llama Herbert Rodríguez. Y que muchos fuimos inspirados por él y bregamos por esas contracorrientes.
Ahora debes saber que el pabellón peruano de Venecia viene siendo calificado entre las cinco mejores presentaciones del evento. Y que nada de lo que reseño aquí es inédito, pues lo encuentras en libros (como el de este post) y, más fácil, en enlaces de internet.
Bueno, ahora que ya dejaste de imaginar, no espero que estés de acuerdo con las tendencias del arte contemporáneo y mucho menos con el trabajo de Rodríguez, por si acaso. Solo espero que tomes en cuenta esto y moderes la velocidad con la que reaccionas a las publicaciones digitales o a las manipulaciones de cierta gente cargada por algún odio u otra forma de regresión humanamente humana.

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