El artista Jorge Fermi presenta su tercera exposición individual titulada "Espejismos de Ruta" en el Palacio Municipal y de la Cultura de San Isidro. La muestra estará abierta al público desde el 25 de agosto hasta el 1 de octubre en Av. Los Incas 270, San Isidro.
El título "Espejismos de Ruta" sugiere un sentido de exploración y viaje. ¿Cómo juega esta idea en tu obra y cómo invitas a los espectadores a sumergirse en este viaje visual a través de tus cuadros?
En febrero del 2020 emprendí un viaje de búsqueda de mi memoria familiar materna. Esta decisión me llevó a visitar Pacasmayo, Eten, puerto, Monsefú, Chepén y Reque, como invocado por esos paisajes, por la necesidad de hacer la ruta inversa de mis antepasados; andar por sus caminos, respirar ese aire marino, entregarme a esos paisajes que me llenaron de mucha calma y sosiego, pero también de múltiples preguntas. Es precisamente eso lo que me gustaría que suceda con el espectador; que cada paisaje, su textura, su atmósfera, su luz, abra preguntas, y evoque paisajes personales.
Los nombres de las obras en "Espejismos de Ruta" son evocadores, desde "Saliendo del Ángel" hasta "Gaviota y muelle". ¿Cómo seleccionas o asignas los nombres a tus cuadros? ¿Qué papel desempeñan estos nombres en la relación entre el espectador y la obra?
Los nombres asignados a cada pieza dan cuenta del proceso personal por el que atravesé a lo largo del viaje: evocan los espacios, las sensaciones; como si fueran pequeñas capturas de momentos muy cargados de significado para mí y que he necesitado reconocer, nombrar, convertir en una memoria tangible. La elección de estos títulos es una forma de expresar y compartir mis estados emocionales.
Tu trabajo nos invita a reflexionar sobre la sensación de paisaje en la abstracción contemporánea. La horizontalidad es un factor sorprendente en tus obras y parece estar relacionada con la experiencia de recorrer distancias y vastos espacios. ¿Cómo trabajas la composición y el formato para lograr esta conexión?
La horizontalidad en esta muestra es determinante. Pienso que el camino de búsqueda de la memoria y las raíces es profundo e infinito. La experiencia que tuve pidió de manera muy natural el formato horizontal, porque me ayuda a conectar cada espacio con el siguiente y cada memoria con una imagen. Quería trabajar la sensación de línea de tiempo, de un viaje de ida y vuelta, un viaje que es continuo, que no se detiene, pero que al mismo tiempo va dejando huellas muy profundas.
La sensación de bruma y desorientación es palpable en algunas de tus obras, ¿cómo logras transmitir esta atmósfera particular y qué intentas evocar en el espectador a través de ella?
Ciertamente, emprender el viaje hacia el origen puede estar cargado de bruma y desorientación, es fácil perder la perspectiva y cuestionar constantemente el impulso del proyecto. En ese sentido, la bruma, la desorientación, la luz que ciega o ilumina cálidamente, el viento cargado de arena y polvo, fueron elementos que surgieron y se pernearon de manera inconsciente y muy natural durante el proceso creativo. Pienso ahora que expresan ese no saber qué deparará el camino o la percepción de andar a tientas en un terreno familiar, cercano y al mismo tiempo desconocido; la desconcertante sensación de ver y no ver, de estar perdido, de no saber a qué puerto arribarás. Todas estas sensaciones y emociones fueron materia prima para abordar el trabajo.
Tu obra sugiere una relación entre la pintura abstracta y la música callada. ¿Podrías expandir sobre cómo se puede comparar la pintura abstracta con la experiencia musical y cómo intentas transmitir esta cualidad a través de tu trabajo?
Los espacios que recorrí están como detenidos en el tiempo, incluso abandonados, pero estar frente a ellos, pisar esa tierra, disparó mi memoria antigua, una memoria de la que no tengo siquiera recuerdo; la musicalidad de mi gente se activó, sentí un pulso que parió un ritmo, eso fue trasladado a mi pintura. Esos paisajes están aparentemente callados, pero de ellos subyace una música profunda, llena de nostalgia y de vida.
La pintura de paisaje a menudo se relaciona con el deseo de pertenecer a un lugar y la conexión con la imaginación. ¿Cómo logras evocar esta sensación de añoranza y esperanza en tus pinturas abstractas?
Mi viaje parte de extrañar a mi madre y mi necesidad de encontrarme con ella, y al hacerlo, encontrarme con mi esencia. Fui invocado por esos paisajes, por las historias que no viví, pero sin embargo siento tan propias y muy dentro de mí. Mi viaje tiene que ver con la búsqueda del origen a través del reencuentro con mi madre y su legado norteño: un legado que está muy presente en mi vida, en mi espíritu, en mi forma de ver y percibir el mundo; es lo que me hace sentir único, lo que me constituye como ser humano.
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