Retomando los pasos de Raimondi, la también ingeniera forestal Mónica Tuss presenta Cartografía de una leyenda, registro artístico de su paso por la cuenca del Pachitea.
Escribe: Max Hernández Calvo
Cartografía de una leyenda, primera muestra individual de Mónica Tuss, aborda la idea de un recorrido cartográfico en el que se entretejen múltiples trayectorias vitales. Una primera trayectoria es la de la propia artista, a quien conocí cuando llevó un curso de historia del arte moderno que yo dictaba en la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú, hace largos años, y del que guardo muy buenos recuerdos.
Durante sus estudios de humanidades Mónica descubrió otros intereses que la llevaron a las ciencias forestales, a las que se volcó enteramente, pero hace unos años retomó su viejo interés por las artes, esta vez desde el lado de la creación, dando lugar a mi grato reencuentro con ella. Ese desplazamiento de intereses académicos entrañó uno de tipo geográfico, pues como ingeniera forestal, Mónica trabajó en la cuenca del río Pachitea, en las zonas de Pozuzo y Mayro, en los departamentos de Pasco y Huánuco.
Coincidentemente, su recorrido replicaba un itinerario cercano, ocurrido ya hace un siglo y medio atrás: el viaje a Mayro y Pozuzo del geógrafo y naturalista milanés Antonio Raimondi. Raimondi, quien llegó de Italia en 1850, recorrió el Perú en un viaje de exploración científica en el que fue catalogando nuestra fauna y flora a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, dando lugar a su obra cumbre “El Perú”, editada en seis volúmenes entre los años 1874 y 1913.
Estos libros que llegaron a las manos de Mónica, despiertan en ella una curiosidad geográfica y decide contrastar las rutas del italiano por la cuenca del Pachitea y las suyas. Utilizando programas especializados contemporáneos, la artista cotejó el recorrido que siguieron ambos en su camino hacia Pozuzo y Mayro. Y de este proceso, que supuso un reencuentro con el vasto legado de Raimondi, surgieron estas obras que también hablan, además, de otra trayectoria vital: la de los bosques y su conservación.
Cartografía de una leyenda, surge de ese encuentro entre la mirada científica y la artística sobre el bosque—algo que la paleta de la artista, predominantemente verde, hace patente. Pero Mónica Tuss no pretende ilustrar su tema, tanto como rondarlo. Por ello estas obras tienen de mapa, de archivo, de registro y de catálogo del bosque. De hecho, una de las series incluye imágenes de instrumentos y documentos antiguos que se utilizaban para cartografiar y estudiar el bosque, y en otra se hace alusión a las libretas de topografía empleadas en el registro de datos durante el trabajo de campo. Sin embargo, el acercamiento es más bien evocativo antes que informativo y académico.
Así, los instrumentos y cuadernos de antaño buscan recordar la dedicación que demandaba el estudio del territorio y sus recursos, mientras que los datos textuales incluidos, tomados de catálogos de especies de árboles, sugieren estar atravesando un proceso entrópico: a veces ocultos, otras ilegibles, otras desbordados, en clara alusión a la deficiente gestión de la información sobre los recursos forestales—testamento a la desidia frente al esfuerzo de gente que, como Raimondi, ha dedicado su vida al estudio y cuidado de la riqueza natural del Perú—.
Más aún, incluso ciertos rasgos compositivos apuntan a ese encuentro de perspectivas. Ciertas formas como triángulos y círculos conectan la obra de Mónica Tuss con el arte geométrico, si bien han sido tomadas de las leyendas de los mapas de recursos forestales con los que se indican datos sobre árboles. Asimismo, la apuesta estética de la artista por las superficies de color monocromo, que supone un guiño a distintas líneas de la abstracción modernista, apunta a una experiencia contemplativa marcada por la quietud, que es también la de la naturaleza.
Finalmente, la leyenda que está siendo cartografiada no es solo la de Antonio Raimondi y su épica expedición en la que recorrió el país y que dio como resultado una obra monumental de enorme trascendencia, sino también la leyenda—en el sentido de algo mitológico—de una respuesta del Estado peruano que atienda, por fin, a las exigencias propias de un territorio compuesto en un 70% por bosques, pues la usual desidia frente a los vastos recursos del país es insostenible.
Inauguración: 13 de septiembre de 2024, 7:00 p.m.
Lugar: Sala de Arte del Centro Cultural El Olivar, Calle La República 455, San Isidro.
Exposición: Del 13 de septiembre al 13 de octubre de 2024.
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