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Las voces curatoriales de Pinta Lima

  • Foto del escritor: Vocablo
    Vocablo
  • 23 abr
  • 5 Min. de lectura

Pinta Lima 2025 reúne a destacados curadores para trazar una edición que celebra la diversidad del arte latinoamericano. Con propuestas que cruzan archivo, tecnología, territorio y memoria, la feria se afirma como un espacio de pensamiento crítico.


Por Leyla Aboudayeh




Con una dirección artística a cargo de Irene Gelfman, la edición 2025 de Pinta Lima se consolida como una feria donde la curaduría no organiza solamente el recorrido de las obras, sino que propone una lectura crítica del presente. Más allá del circuito comercial, la feria se perfila como una plataforma de pensamiento, visibilidad y cuidado en torno al arte latinoamericano contemporáneo.


Desde hace tres años, Gelfman viene delineando una dirección curatorial que apuesta por las estéticas periféricas, los lenguajes no canónicos y los cruces intergeneracionales. Esta edición se enfoca en prácticas que cuestionan el canon desde los márgenes: propuestas vinculadas al arte textil, al video, a los oficios, a la Amazonía. "Para mí es fundamental que la feria sea una experiencia —que interpele, que abra preguntas, que propicie cruces entre generaciones, geografías y lenguajes", afirma.


Sofía Véliz, F.Derivativo
Sofía Véliz, F.Derivativo

En ese marco, las secciones NEXT, RADAR y Video Project funcionan como dispositivos curatoriales que dialogan entre sí, pero también con el visitante.


NEXT, curada por Emiliano Valdés, presenta una curaduría centrada en prácticas que integran oficios no convencionales —muchos provenientes de comunidades indígenas— con una sensibilidad contemporánea que revisa la relación entre pensamiento y acción, intuición y proceso. Las obras dialogan con la historia de los materiales y los procesos colectivos, proponiendo nuevas formas de leer la relación entre lo cotidiano, lo ancestral y lo artístico.



Tejido archivo, 2024. Linse Galería
Tejido archivo, 2024. Linse Galería


RADAR, curada por Florencia Portocarrero, presenta cinco propuestas artísticas organizadas como solos, dúos y tríos —incluyendo a artistas como Ishmael Randall Weeks, Ivet Salazar, Ana De Orbegoso, Gala Berger, Sergio Murga, Luz Maritha Rodríguez, Claudio Correa, Colomba Fontaine, Diego Terán, Claudia Coca y Nicole Echevarría—. Su curaduría propone una plataforma crítica desde donde se abordan algunos de los temas más urgentes de nuestro presente compartido, como la recuperación de saberes ancestrales mediante técnicas artesanales, la relectura de genealogías entre mujeres artistas, y una crítica al extractivismo desde una perspectiva multiespecie. Las obras funcionan como narrativas visuales que rearticulan relaciones silenciadas o fragmentadas, activando lenguajes como la pintura, el dibujo, el textil, la instalación o la fotografía, no solo como formas de expresión, sino como herramientas de construcción de memoria colectiva y pensamiento crítico.



Nicole Echevarría Detalle de Paradiso (2024). Galería del Paseo
Nicole Echevarría Detalle de Paradiso (2024). Galería del Paseo


Las y los artistas que conforman RADAR actúan como narradores visuales de la época. Sus obras pueden entenderse como rearticulaciones materiales de relaciones que, de otro modo, quedarían silenciadas o fragmentadas. Los lenguajes que emplean —pintura, dibujo, escultura, textil, fotografía e instalación— se hibridan y potencian al entrar en diálogo, revelando que la práctica artística no sólo constituye una forma de habitar el presente desde el compromiso, sino también una vía para la construcción de memoria colectiva y pensamiento crítico.



Biombo tiza. Galería Arroniz
Biombo tiza. Galería Arroniz


Video Project, curado por Gelfman, explora el cruce entre tecnología, percepción y corporalidad, a través de obras que incorporan imagen en movimiento, narrativas digitales y lenguajes inmersivos. “Cada vez es más difícil separar lo digital de lo analógico. Las tecnologías no son solo herramientas, sino condiciones de existencia”, explica. En su curaduría, lo tecnológico no está tratado como novedad ni como espectáculo, sino como un campo desde donde repensar el tiempo, la mirada y el lugar del cuerpo. “Me interesa cómo el arte en movimiento puede interrumpir la velocidad con la que consumimos imágenes y ofrecernos otros tiempos, otras formas de mirar”.


La selección de videos tiende puentes entre diversas geografías y tradiciones culturales: las de Occidente, los Andes y la Amazonía peruana, tanto en el pasado como en el futuro. Los artistas Beto Villa, Yerko Zlatar, Roxana Ramos, María Daúd, Adrián Portugal, Claudia Coca y Antonio Paucar abordan conflictos contemporáneos a partir de nociones o prácticas ancestrales como el tejido, la cerámica, las pinturas rupestres y los rituales. Estas obras activan una mirada expandida sobre el territorio y el tiempo, donde lo ancestral no se opone a lo contemporáneo, sino que lo redefine.


La feria, que se presenta como un evento boutique pero abierto, también busca generar vínculos significativos con el público. Desde los recorridos guiados hasta el FORO —programado este año por Giuliana Vidarte—, la experiencia está pensada para habilitar otras formas de acceso. En palabras de Gelfman: “Queremos que el visitante no solo vea arte, sino que se conecte con él desde múltiples capas”.


Uno de los momentos más importantes de esta edición es el homenaje a Teresa Burga, figura clave del arte conceptual latinoamericano. La muestra, curada por Miguel A. López, reúne obras creadas entre 1966 y 2020, muchas de ellas procedentes de colecciones privadas. A través de instalaciones, registros documentales, diagramas y catálogos, el proyecto ofrece una narrativa visual que articula temas como el cuerpo, el espacio público y el género, acercando su legado a nuevas generaciones.


Teresa Burga 1967
Teresa Burga 1967

López, quien ha investigado y acompañado el trabajo de Burga desde hace más de una década, propone una relectura de su obra desde el archivo y la disidencia. La exposición no solo recupera el lugar de la artista dentro del arte conceptual y multimedia, sino que la posiciona como una voz radical cuya vigencia dialoga con las urgencias del presente.


Special Project, curado por Giuliana Vidarte, que activa el hall principal y el jardín de Casa Prado bajo el título Lo que este paisaje puede decir sobre el futuro. Este proyecto plantea una exploración de los ecosistemas como espacios de saber, memoria y experiencia, revelando milenios de interacciones entre seres. A través de instalaciones, esculturas y propuestas site-specific, la muestra invita a repensar las relaciones entre naturaleza, memoria y las posibilidades de coexistencia en el futuro. Participan artistas como Juan José Barboza-Gubo, Elena Damiani, FIBRA Colectivo (Lucia Monge, Gianine Tabja y Gabriela Flores del Pozo), Camila Rodrigo, Silvia Westphalen y Luis Enrique Zela-Koort.


 Luis Enrique Zela-Koort.
 Luis Enrique Zela-Koort.

Además, Vidarte está a cargo de FORO, el programa de pensamiento de la feria, que este año pone énfasis en los debates urgentes del ecosistema del arte latinoamericano. A través de voces diversas, se abordarán temas como la curaduría, el coleccionismo, las instituciones y los desafíos contemporáneos para artistas y agentes culturales en la región.


Curadora y docente, Vidarte trabaja desde la investigación para rescatar voces marginalizadas y enriquecer el panorama artístico con una perspectiva crítica y plural. Su presencia en la feria reafirma la vocación de Pinta Lima por expandir los límites de lo expositivo hacia territorios de pensamiento y reflexión colectiva.


Pinta Lima 2025 se presenta escenas del arte latinoamericano donde la curaduría se entiende como una forma de pensamiento. La presencia de figuras como Gelfman, Portocarrero, Valdés, López y Vidarte, con miradas sensibles y críticas, da cuenta de una edición que busca resonancias duraderas.


Pinta Lima | 24 al 27 de abril

 
 
 

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