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  • Foto del escritorFlorencia Portocarrero

Madre, el río sabe a ti

Actualizado: 14 ago

El río de todas las vidas es una exposición antológica que reúne cuatro proyectos en los que la artista peruano-alemana Adriana Ciudad explora la ambivalente experiencia de la maternidad y el rol de creadoras y cuidadoras que conecta a las mujeres, entrelazando lo afectivo y lo político. Va en el ICPNA.

 

Escribe: Florencia Portocarrero

 

Nadie nace individuo: si alguien se convierte en individuo con el tiempo, no escapa a las condiciones fundamentales de dependencia en el curso de ese proceso… Todos, independientemente de nuestros puntos de vista políticos en el presente, nacemos en una condición de dependencia radical.

Butler, 2020

 

Aunque desde la pandemia parece haberse extendido la conciencia de que somos seres esencialmente interdependientes y que necesitamos ser cuidados a lo largo de toda nuestra vida, seguimos habitando un mundo regido por lógicas mercantiles que ejercen una violencia sistémica y sistemática sobre los cuerpos feminizados en los que históricamente han recaído las tareas de preservar la vida, especialmente sobre aquellos que desempeñan estas labores de forma gratuita, como las madres.

 




A la artista peruano-alemana Adriana Ciudad le tocó comprender esta dura lección en carne propia desde muy joven, cuando su madre enfermó de alzehimer y tuvo que asumir el inesperado rol de cuidadora principal. Mientras Adriana cursaba su primer año en la Universität der Künste Berlin (UdK), una de las instituciones de arte más exigentes y prestigiosas del país, su madre se mudó con ella para recibir el apoyo que solo la sólida infraestructura del estado de bienestar podía proporcionar para una enfermedad degenerativa como la suya. Más de una década después, la artista se mudó a Bogotá con su pareja. En esta nueva ciudad el nacimiento de su hijo la volvió a colocar cara a cara  con la cruda falta de apoyo social que reciben quienes asumen las tareas de cuidado. El río de todas las vidas es una exposición antológica que reúne cuatro proyectos enmarcados precisamente entre estos dos momentos cruciales en la biografía de Adriana: el fallecimiento de su madre y su propia transformación en madre.

 



El Proyecto Alabaos (2017-2018) gira en torno a las canciones y rituales fúnebres de las cantoras afrocolombianas de Timbiquí, en los que Adriana encontró una alternativa para sobreponerse a la pérdida de su madre y a la privatización del duelo en las sociedades modernas. Heridas y remedios (2022-2024) es una instalación que parte de la experiencia del puerperio de la artista y toma la forma de un tendal de sábanas ensangrentadas, visibilizando así la violenta metamorfosis que experimenta el cuerpo recién parido y la importancia de los remedios hechos a partir de plantas medicinales y transmitidos por mujeres de generación en generación.

 

La exhibición incluye también La revolución del afecto (2022), una pieza de video en la que, mediante una metodología epistolar, Adriana y el artista Isaac Ernesto exploran los lazos maternales y desnudan profundas heridas históricas. Finalmente, Sentir la propia sombra (2023-2024) reúne pinturas y poemas cuyo propósito es ahondar sin vergüenza en la constelación de emociones ambivalentes, frecuentemente reprimidas y culpabilizantes, que atraviesan a las mujeres y otras identidades gestantes durante el embarazo y el arduo trabajo de crianza.




 

En El río de todas las vidas, Adriana formula un universo visual distintivo que logra dar cuenta de los hilos invisibles que nos atraviesan y conectan en bucles interminables de interdependencia. Anclados en la práctica de escritura creativa, especialmente de poemas, que Adriana sostiene paralelamente a su producción plástica, los cuatro proyectos que componen la exposición tienen una naturaleza confesional. En este sentido, nos invitan a ahondar en una dimensión catártica y sanadora de la producción artística, que no siempre es evidente. Utilizando formatos contemporáneos como el video, la instalación y la pintura entendida de forma expandida, la artista desafía la desvalorización histórica de lo femenino, el prejuicio sobre la trivialidad de lo íntimo y la inadecuación del afecto, para construir un sólido cuerpo de obra que reivindica la experiencia encarnada de la maternidad y del trabajo de cuidado como fuentes legítimas de conocimiento e interrogación social

 

 

 

Lugar: Espacio Germán Krüger Espantoso (ICPNA)

Dirección: Av. Angamos Oeste 160, Miraflores

Temporada: Hasta el 29 de setiembre

Ingreso: Libre

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