El pintor, fotógrafo, editor e irreductible activista cultural cajamarqués José Luis Chávez fotografía su ciudad desierta. Ya presentó el fotolibro en España y acaba de inaugurar una muestra epónima en la galería Pancho Fierro del centro de Lima.
Escribe: Czar Gutiérrez
No es solo de piedra y barro, también hay espíritu y memoria.
Cierta fragancia con sabor a historia impregna la niebla que desciende de los cerros al amanecer. Está también en esa luz dorada del atardecer que acaricia sus monumentos. Sus calles empedradas, que han sido trazadas a golpe de historia. Historia que la nutre y define. Que resuena en cada adobe, en los intersticios de la piedra. En el barroco de sus templos. En sus viejas casonas talladas con un lenguaje majestuoso parecido a una oración.
Estuve solo una vez en mi vida y eso es lo que recuerdo de esa ciudad: eco de siglos de fe y mestizaje.
Pero, ¿cuál es la belleza intrínseca de un lugar con tanto peso histórico, esa que la distingue de otras ciudades del Perú? “La belleza intrínseca de Cajamarca radica principalmente en sus construcciones monumentales religiosas, pues poseen un estilo arquitectónico muy particular que se ve reflejado en el barroco cajamarquino, el mismo que le da una belleza muy particular a sus edificaciones, entre las que destaca el Complejo Monumental de Belén, uno de los espacios más hermosos y románticos de la ciudad”.
Quien responde es José Luis Chávez, pintor, fotógrafo y editor cajamarquino. Pero, sobre todas las cosas, uno de sus hijos más leales. No de otra manera se explica esa desbordante pasión por su tierra, que es la misma de Ima Sumac, José Sabogal, Mario Urteaga y Camilo Blas. Pasión que lo ha llevado a pintarla y fotografiarla desde todos los ángulos posibles. A tocar todas las puertas posibles para imprimir este volumen y presentarlo también en España. Hasta convertirse en su activista cultural más sólido y persistente: hace cuatro lo editó y contiene 51 fotos tomadas a esa ciudad desierta a causa de la pandemia.
¿Cómo fue ese proceso?
En marzo del 2020 empezó la temible pandemia, entré en depresión porque mis proyectos artísticos se verían afectados. Pero la fotografía me volvería a salvar la vida. Tramité un permiso especial con el ejército, que me dotó de un efectivo militar y un salvoconducto para recorrer el centro histórico de mi ciudad todos los domingos de 7 de la mañana a 5 de la tarde. Fueron cinco meses de trabajo frenético. También gestioné permisos con el clero y el Ministerio de Cultura para acceder a las torres de las iglesias. Utilicé mis dos cámaras fotográficas profesionales con teleobjetivos y gran angular. Ver la inmensa soledad de un espacio arquitectónico tan precioso me causó un fuerte impacto emotivo. Tome 3 mil registros fotográficos. Después, junto a mi hijo Renato José y la fotógrafa Verónica Janssen seleccionamos 51 fotos bajo tres conceptos primordiales que tienen que ver con la belleza, la soledad y el coraje.
¿Qué papel tangible han tenido los monumentos arquitectónicos en la construcción de la identidad cajamarquina?
Ellos constituyen un patrimonio histórico, educativo y cultural que conforman un legado para las generaciones pasadas, presentes y venideras. Sus iglesias, que poseen un estilo arquitectónico muy propio, el barroco cajamarquino, constituyen también la base de una identidad muy particular que se ve reflejada en sus costumbres y tradiciones.
Además de la Plaza de Armas, las iglesias de Santa Catalina (la Catedral), San Francisco, Belén, La Recoleta, Las Descalzas, Virgen de Fátima, el Cuarto del Rescate y el cerrito Santa Apolonia, ¿qué más tiene tu ciudad para mostrar al mundo?
Mi ciudad, considerada por los entendidos como la más hispana del Perú, posee hermosas casonas de un marcado estilo colonial hispano, además de bellos paisajes, tradiciones y costumbres que la hacen única. Es el único lugar en el mundo que posee el mágico clarín, un instrumento de viento típico de la música tradicional peruana y también declarado Patrimonio Cultural de la Nación cuyos registros documentarios datan del siglo XVIII. El valle cajamarquino tiene pintorescos poblados: Llacanora, Jesús, Namora, Matara, Porcón, Baños del Inca Otuzco, etc. El complejo turístico de Los Baños del Inca posee aguas medicinales y es considerado primera maravilla termal del Perú, está a solo 15 minutos del centro de la ciudad. Los Frailones de Cumbemayo es una zona arqueológica ubicada a 19 km al suroeste de la ciudad y a 3.500 m.s.n.m. El sitio destaca por las ruinas de un acueducto preinca con 8 km de longitud y se cree fue construido hacia el 1.500 a. C. Otro lugar que destaca por su magnífica belleza es Porcón, a 30 km. al norte de la ciudad. Este lugar agroturístico posee 13 mil hectáreas de bosques. También es digno de destacar el sitio arqueológico de Kuntur Wasi (Casa del Cóndor), ubicado en la provincia de San Pablo, a dos horas de viaje.
En 1986 la OEA declara a Cajamarca "patrimonio histórico y cultural de las Américas". ¿Qué se necesita para que deje de estar en lista y sea declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO?
Desde el 2002 está en la Lista Indicativa de la UNESCO a la espera de ser incluida en la Lista del Patrimonio Mundial por haber sido, entre otras cosas, escenario del encuentro de dos culturas en el año 1532, Necesita del impulso del gobierno local, regional y la sociedad civil. Tenemos que poner en valor la zona monumental y elaborar un expediente que será presentado ante el organismo mundial. Cajamarca tiene que buscar alternativas económicas sostenibles, ya que la minería es perecible. El turismo es una actividad económica sustentable en el tiempo y la puesta en alto valor de un espacio arquitectónico tan bello como su centro histórico la convertirá en un destino turístico de primer orden. Se tiene que gestionar el financiamiento de manera urgente ante organismos internacionales, como el BID, para su embellecimientos y restauración. Se tienen que implementar políticas de promoción y difusión a través de libros de tapa dura e impecable presentación, spots publicitarios en importantes cadenas televisivas internacionales. Se tienen que dictar talleres orientados a la niñez y juventud cajamarquinas donde se les enseñe la importancia del cuidado de su patrimonio.
¿Hay estructuras coloniales que permanecen socialmente inalterables?
En esta región se dio con mucha fuerza la presencia del gamonalismo. Lamentablemente estos hechos han dejado una huella de profundas divisiones en su población. Hay que trabajar mucho en implementar políticas de integración y empoderamiento, especialmente en la población más vulnerable. La cultura juega un rol primordial en este aspecto, pues se ha demostrado que proyectos editoriales que he venido desarrollando con el vital apoyo de la empresa privada —como la Cia de Minas Buenaventura, Southern Perú, Newmont Yanacocha, de la mano con los gobiernos locales— han contribuido en gran medida a fortalecer los lazos de armonía y hermanamiento con los lugareños.
¿Distingues aspectos culturales infravalorados?
Considero que sí. Ejemplo de ello es la mínima importancia que le dan sus autoridades a la preservación y conservación del centro histórico. No es posible que algunas casonas de la Plaza de Armas tengan techo de calamina. Por otro lado, la falta de educación en los niños y jóvenes debilitan la identidad local y sentido de pertenencia para la conservación y preservación de sus espacios públicos. De allí la necesidad e importancia de realizar talleres educativos de sensibilización y educación.
Hacer foco en el pasado, ¿puede llevar a que tu obra se perciba como nostálgica sin relevancia contemporánea?
No podemos vivir echando la culpa al pasado. Somos, como lo dijo un historiador, hijos de los vencedores y los vencidos. Tenemos que vivir el presente en armonía y mirar el futuro con unión, esfuerzo y optimismo. A Cajamarca tenemos que mirarla con agradecimiento especial porque, nos guste o no, es el escenario donde se produjo el encuentro de dos mundos y la que finalmente dio inicio a una nueva cultura en América del Sur. A los peruanos y latinoamericanos nos une nuestra lengua, religión, tradiciones e identidad cultural, influenciadas tanto por lo europeo como por lo nativo.
Ya presentaste este libro en la tierra natal de Francisco Pizarro...
Sí, en octubre del año pasado recibí la invitación de la Fundación Obra Pía de los Pizarro de la ciudad de Trujillo de Extremadura en España y con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú fue posible hacer una presentación del fotolibro Cajamarca: belleza, soledad y coraje y, en paralelo, hacer una exposición fotográfica en mayo y junio últimos. Esta actividad cultural se llevó a cabo en el Palacio de los Barrantes – Cervantes, sede de la prestigiosa entidad cultural española. La muestra gráfica ha tenido un marcado éxito. Hay interés por parte de instituciones culturales en que la muestra se exhiba en Madrid y otras ciudades europeas y latinoamericanas.
Llevas casi 4 años promocionando el libro. ¿Qué logros concretos puedes exhibir?
Los logros han sido muy positivos. Pero es una gran pena que una entidad como Promperú, ente encargado de la promoción turística del Perú en el extranjero, no haya considerado a Cajamarca en sus políticas promocionales como se merece. Hay un spot promocional turístico y lamentablemente esta ciudad no aparece. Haber llevado la muestra a la ciudad natal del conquistador Francisco Pizarro ha permitido que España voltee su mirada a un lugar donde nace el mestizaje del Perú y América del Sur. En este aspecto, quiero expresar mi agradecimiento sincero a la Municipalidad Provincial de Cajamarca, a la Southern Peru, al Gobierno Regional de Cajamarca, a Newmont Yanacocha, al Centro Odontológico Americano, a UK Vivential, a Clínica Limatambo, a la UPN, a la UNC y a Hodelpe, entre otras importantes empresas del sector privado. La alianza entre gobiernos locales, sociedad civil y empresa privada, han demostrado que pueden dar muy buenos frutos, en favor del desarrollo local.
En noviembre del 2032 se conmemoran los 500 años del trascendental encuentro de dos culturas, cuando Pizarro captura a Atahualpa. ¿Qué sueñas para entonces?
Sueño que Cajamarca sea declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO. Sueño que su centro histórico sea puesto en valor. Sueño que Cajamarca sea uno de los principales destinos turísticos del Perú y América. Sueño que España, América y el mundo volteen su mirada hacia ella y reconozcan su importancia histórica. Sueño que se le devuelva su grandeza que ostentó ya que fue llamada “la grande del Perú”.
Galería de la Municipalidad de Lima Pancho Fierro.
Pasaje Santa Rosa, 114. Centro Histórico de Lima.
Hasta el 30 de agosto.
Horario: De martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas.
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