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El mapa y el territorio


Nueve artistas transitan de lo orgánico a lo urbano —exploran la readaptación y el reaprovechamiento territorial— en Usos del suelo, colectiva que ocupa una casa próxima a ser demolida para convertirse en edificio insustancial. Esta es la voz de sus curadores.


Escriben: Adriana Tomatis y Max Hernández Calvo


Verónica Penagos

Usos del suelo reúne la obra de nueve artistas que trabajan en distintos medios que abarcan desde la pintura, hasta el video, pasando por el dibujo, la fotografía y la instalación, y que abordan desde múltiples perspectivas, nuestras relaciones con el entorno. Relaciones que, de una u otra forma producen las características del entorno y, por extensión, las nuestras mismas.

La misma casa de la inmobiliaria Edifica que estamos ocupando para esta muestra y que va ser demolida en un mes aproximadamente para construir un edificio, da testimonio de los constantes procesos de reasignación, reutilización, readaptación y reaprovechamiento de los suelos en los que las personas nos encontramos inmersas, por “default”.


Las obras que presentamos evocan, de varios modos, nuestras participaciones (activas y/o pasivas) en las intervenciones sociales, políticas y económicas que gestionan el entorno y lo producen como campos de cultivo, áreas rurales, zonas urbanas, áreas verdes, explotaciones

mineras, vertederos, etc.


Ariela Kader responde a nuestras interacciones con la ciudad, vía el consumo, tomando la basura como evidencia tangible de ello. En su serie "Social Trash”, la artista fotografía bolsas de basura en mitad de la calle de distintos distritos de Lima a las que interviene con textos paródicos que remiten a diálogos propios de la vida familiar, que asocian el deshecho a la vida diaria, mientras que la ubicuidad de la basura da cuenta de su dimensión estructural a nuestras maneras de organizar la vida en común, apareciendo como problema, recurso y legado.



En “Malaprendido o sesiones de vigilancia”, Gabriel Furgiuele aborda las maneras en que generamos condiciones espaciales para la vida compartida entre especies. Su video-instalación muestra imágenes de su gato en situaciones cotidianas, grabadas como registro de vigilancia. Al colocar la pantalla dentro de un montículo de arena de gato, el artista remarca la tensión entre la agencia humana y la agencia animal, en tanto que esa arena habilita el espacio doméstico para la mutua convivencia, que tiene siempre una dimensión impuesta.


Piero Figueroa entiende la naturaleza y la cultura como una continuidad y no como un antagonismo (de hecho, la noción de naturaleza es una construcción cultural). La instalación “Swampfire” representa un incendio en un pantano en el que el artista delinea el lugar de la

agencia humana (vía un extintor, producto de la industria química) en interacción con la vida

vegetal y animal. De ese modo, Figueroa entrelaza industria y naturaleza y vida y muerte como hilos de un mismo tejido que llamamos, de acuerdo a las circunstancias, mundo natural o mundo cultural.


“Tecno Alquimia (Ritual)”, de Diego Orihuela, gira en torno a nuestras formas de entender y administrar el mundo. La instalación pone en tensión las nociones de oikos y polis, vía una constelación de elementos que remiten a formaciones geológicas, desarrollos tecnológicos y discursos científicos. Orihuela conjura simultáneamente categorías en colisión (interior y exterior, lo contemplativo y lo extractivo, el estudio y la explotación, la ecología y la economía), buscando invitar a un análisis crítico de las visiones dicotómicas de lo despolitizado (naturaleza) y lo politizado (cultura), para imaginar nuevas formas de co-habitar en el mundo.

“Ánima” Rhony Alhalel

En la serie “Ánima”, Rhony Alhalel trabaja alrededor de la idea de vestigio. Sus dibujos evocan piedras, reliquias arqueológicas, fósiles y restos óseos (humanos o no-humanos). Estas distintas asociaciones nos remiten a temporalidades marcadamente disímiles: el tiempo geológico, propio de las formaciones rocosas, procesos de erosión y de presión durante millones de años; el tiempo cultural (de la arqueología y la historia), ligados a las civilizaciones, sus apogeos y declives; y los tiempos de la vida (de la paleontología, la antropología, y la medicina misma), las especies, los individuos, una misma. Nuestras historias en este planeta y de este planeta.


Paola Baertl

Las obras de Paola Baertl nos remiten a territorios imaginarios que ella cartografía y representa. Sus piezas cerámicas de la serie “Vínculos” pueden verse como muestras científicas tomadas de mundos fantásticos, mientras que sus pinturas pueden entenderse como mapas de dichos mundos.


Pero a la par, sus obras apuntan a otro tipo de paisajes y otro tipo de mapas, más bien interiores, propios de las relaciones interpersonales y los afectos. En tal medida lo que la artista conjura son los mundos interiores imaginados a manera de espacios a descubrir, a mundos por explorar, cartografiar y entender.


El trabajo fotográfico de María Gracia Cebrecos se centra en el paisaje, pero visto desde una perspectiva a la par realista y fantástica, atravesada por la mitología, las creencias populares y la imaginación mística. Las imágenes de “Lohaitz”, cargadas de misterio, muestran paisajes que siendo de este mundo, se reconocen como inherentemente extraños. Cuevas y parajes se revelan como espacios enigmáticos habitados por criaturas desconocidas, y como portales que nos conectan a otras dimensiones, a otros tiempos, a otras vidas, a otros mundos.


María Gracia Cebrecos

Luciana Espinar presenta una instalación que toma las pautas estéticas de la abstracción lírica para reinterpretarlas espacialmente para aludir a la mente como un territorio en transformación de cara a lo vivido. La artista representa la memoria como un paisaje inmersivo formado por un conjunto de telas flotantes pintadas en capas de veladuras que aluden a recuerdos y sensaciones superpuestos unos a otros. El recorrido abierto que la instalación propone busca evocar la experiencia del descubrimiento de nuevos modos de ver y estar en el mundo.


Verónica Penagos expone una serie de pinturas que parten de los procesos del cuerpo y de la tierra ligados al sostén de la vida, entendidos como realidades interconectadas. Tomando la idea de la nutrición y de cultivo tanto del cuerpo como de la tierra, la artista pinta una serie de cuerpos que se fusionan y se separan, en una alegoría de nacimiento y cuidado. Por momentos, sus cuerpos se sedimentan, se amalgaman y por otros se individualizan y surgen de ese sustrato: cuerpos y tierra en un vínculo indisoluble.


A través de sus especulaciones e imaginaciones, este grupo de artistas busca cuestionar los cimientos conceptuales y los hábitos vitales que subyacen a nuestros modos de operar efectiva y afectivamente en el mundo, a la par que nos invitan a pensar en nuevos modos de ser y estar aquí en este lugar a veces viejo, a veces nuevo, a veces frágil, a veces fuerte, que es el mundo que compartimos.



Dirección: Av. Paseo de la República 6143, Miraflores.

Horario: 12 pm a 6 p.m.

Finaliza: 13 de setiembre.

Ingreso: Libre.

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