Geometría polisentimental
- Czar Gutierrez
- 9 jun
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En La arquitectura del ser, Daniel Defilippi articula una poética del fragmento donde la geometría se humaniza, se rasga y se vuelve memoria. No hay rigidez: hay intuición, cuerpo y materia. Va en La Galería de San Isidro hasta el 5 de julio.
Escribe: Czar Gutiérrez

Desactiva la geometría como lenguaje rígido y la convierte en mapa emocional. Sobre lienzos crudos, sin imprimación, el artista construye una arquitectura pictórica donde la forma es vestigio. Las líneas se entrecruzan sin obedecer a un algoritmo: responden a una intuición matérica, una gestualidad que recuerda tanto a la tradición andina del tejido como al expresionismo abstracto. Las obras, de gran formato, obligan al espectador a desplazarse haciendo del cuerpo una herramienta perceptiva.
Ocurre que las piezas de Daniel Defilippi (Lima, 1994) funcionan como claves que aluden a la fragmentación del yo y a la multiplicidad de identidades en el mundo postdigital. Aunque hay ecos del concretismo sudamericano —Torres-García, Gego—, Defilippi impone un cromatismo constructivo donde el color no adorna, delimita. Su geometría, lejos de ser un refugio del orden, transita hacia espacios donde lo preciso y lo visceral se tocan.
Así, Defilippi levanta una "arquitectura del ser" que aspira a ser más legible que habitable: cada plano, cada superposición, funciona como estrato de memoria o de conciencia. Lo cual, en tiempos de saturación virtual, esta apuesta por lo táctil deviene en cierta forma de resistencia sensible.
Aquí conversamos largamente con el artista:
Vives en una dualidad como arquitecto y artista. ¿Cómo se materializa esa lucha entre lo racional y lo emocional en obras como Deconstrucción? ¿En algún momento una fuerza domina a la otra o siempre coexisten en tensión?
La serie Deconstrucción parte de formas cuadradas y puras las cuales voy seccionando de forma enérgica para infundirles esa esencia vital. Este proceso de transformación resulta muy íntimo y se relaciona con cómo el pasar del tiempo nos afecta y nos va formando como seres fragmentados, dinámicos y únicos. Es una lucha de poderes entre la resistencia al cambio y la libertad que este proporciona. Soy yo mismo en constante tensión creativa.

Dices que el arte es el único espacio donde estas dos facetas "saben conversar". ¿Puedes describir un ejemplo concreto de cómo un conflicto personal entre control (arquitectura) y caos (arte) se resuelve en una de sus piezas?
Mis procesos son bastante erráticos. Cuando trabajo un dibujo, trazo de forma agresiva. Voy manchando zonas que deseo que representen niveles superiores e inferiores, luego lo doblo, lo fragmento y lo vuelvo a unir. Todo esto en formatos pequeños que son la génesis de los trabajos en gran escala. Al prepararme para realizar la obra final me mantengo en control y veo cómo transmitir esa misma energía a los cuadros. La obra final siempre debe ser limpia y perfecta en todo su esplendor. Esa es la forma en la que puedo hacer que dialogue sinceramente.
¿Tu práctica artística es una extensión de la arquitectura o su antítesis liberadora?
Un poco de ambas. Pienso que es la “liberación de la arquitectura”. Hablo de olvidar las reglas, los parámetros, las matemáticas, la gravedad y todo eso que nos retiene en la vida real. Es sumamente liberador trabajar con la pintura, el ensamble, el trabajo de plegado en papel y diversos otros medios que nacen de la mixtura entre arte y arquitectura.
Tu "ciudad abstracta" está poblada por vivencias limeñas. En Proyecto L, ¿la "L" alude a Lima? Si es así, ¿qué elementos de la ciudad (caos, fragmentación, soledad) se traducen en formas geométricas en esta obra?
Las piezas de la serie “proyectos” se centran en ideas utópicas de construcción tomando como referente a Lima. El damero, las trazas urbanas, los parámetros de arquitectura moderna, etc. Estas pinturas hablan más sobre la soledad, la fragmentación y el silencio sin habitantes. Una idea de ciudad vista desde arriba en múltiples capas de contemplación. Son piezas que se pueden unir una tras otra para generar un mapa abstracto de esa “ciudad abstracta” a la que trato de llegar.
Arquitectónicamente Lima es una mezcla colonial, moderna e informal. ¿Cómo dialogas con esta identidad fragmentada? ¿Hay edificios o espacios limeños que has "deconstruido" simbólicamente en tus pinturas?
Intento generar un punto medio entre todo a través de la tectónica y la geometría. La masa de los elementos rectos y carentes de curvas es un guiño a esa ortogonalidad que nos caracteriza, asimismo los sutiles y, a veces, dramáticos quiebres nos acercan a esa idea de cómo empezamos a romper ese ritmo en estos tiempos. Todas las piezas son fragmentos que tranquilamente podrían ir siguiendo una línea de tiempo entre pasado, presente y futuro. Hablando de elementos de arquitectura moderna que he usado para mis trabajos, justamente el “Proyecto Residencial” es una deconstrucción de la Residencial San Felipe desde mi propia perspectiva y como residente de ese lugar tan emblemático.

El bullicio limeño te resulta "embriagador". ¿Cómo traduces el sonido y el movimiento de la ciudad en composiciones estáticas de planos y líneas?
Mis composiciones son de planos, líneas y, a simple vista, silenciosas. Sin embargo, no son para nada estáticas. Las piezas están compuestas bajo dimensiones y deben apreciarse de esa forma, como planos vibrantes que se conectan en múltiples niveles. La geometría puede parecer silenciosa, pero cuando tienes la obra viéndote a la cara es capaz de hablar más que cualquier pincelada suelta. Te habla desde lo abstracto para golpearte el alma, con lo que no podemos entender. No son palabras, son estímulos, gravedad, vibración, impactos sutiles que dejan ver la belleza de lo que no podemos comprender en su totalidad, pero sentimos con intensidad.
Usas lienzo crudo, melamina y otros materiales industriales. ¿Buscas reflejar la textura urbana de Lima (asfalto, concreto, metal) o hay una intención más conceptual?
Es un guiño a la arquitectura y a la fuerza de los materiales. Además, es esa intensión abstracta que deviene de esa metáfora “Lima la gris”. Es mi ciudad gris, con sus materiales vivos cuyo color y esencia es imposible de replicar.
En “Desdoblamiento”, el título sugiere multiplicidad. ¿Experimentas con capas físicas (superposición de materiales) o solo con capas visuales (transparencias pictóricas)?
Es otra forma de deconstrucción. Solo que, en lugar de ser seccionadas, se encuentran en un proceso de plegado constante. Son piezas que no tienen un final aparente, son solo una mirada hacia un momento, pero el desdoblamiento es eternamente continuo.
¿Cómo influye tu formación en historia universal (México, 2022) en tu uso del color y la forma? ¿Hay referentes históricos (ej. Bauhaus, constructivismo ruso) que conscientemente reinterpretas?
Le tengo mucho cariño a la historia, siempre fue mi materia favorita, en especial la historia del arte. Hablando de mis referentes, en efecto, la Bauhaus, el constructivismo y el estilo internacional son fuentes de inspiración constantes, al igual que el cartelismo, los afiches rusos de películas, los planos arquitectónicos, etc. Sobre la Bauhaus, tengo una idea romántica como arquitecto, ya que es uno de mis períodos favoritos de toda la historia. Creo que no se volvió a ver una escuela de arquitectura, diseño y arte que se le pudiera comparar. Todo lo que se logró ahí es vida impregnada en materiales simples, que con el toque del hombre ahora son piezas de museo.
Dices que la arquitectura moderna peruana te inspira. ¿Qué edificios o arquitectos (ej. Luis Miró Quesada, Freddy Cooper) han marcado tu visión?
Le tengo mucho cariño a la Residencial San Felipe. Curiosamente, viví allí gran parte de mi infancia y pude disfrutar plenamente sus espacios que generaban un matrimonio perfecto entre arquitectura y áreas verdes. Sin embargo, hablando de temas formales y sobre un arquitecto en concreto, debo mencionar a Walter Weberhofer. Su propuesta de diseño me parece de las más sublimes de entre todas las que he podido apreciar y recorrer como un simple usuario más. Era una persona de un espíritu inquebrantable y que iba adelantado a su tiempo. Todo el que tenga ese amor por la arquitectura o desee sensibilizarse con esta, debe darse el tiempo para conocer su obra en carne propia.
Para ti, la arquitectura es "base primordial de nuestra identidad". ¿Cómo plasmas esa mixtura entre lo ancestral y lo contemporáneo? Pienso en sitios como la Huaca Pucllana junto a algunos rascacielos de San Isidro.
Tengo una versión romántica de esa idea. Como peruanos, siempre hemos sido geometría, desde lo precolombino hasta ahora. El momento histórico donde más se evidencio esta idea fue en el movimiento contemporáneo. El ex museo de la nación, la torre de Petroperú, el ex Banco Wiese o el edificio Wilson son solo algunos ejemplos de ese bello instante donde se abrazaba la identidad. Claramente, la idea de la Huaca Pucllana en medio de rascacielos es un claro signo de desdén, caos y desorden al que viene sumido Lima y es esa una ruptura de parámetros que también trato en algunas de mis piezas.
¿Ves tus pinturas como maquetas de ciudades imposibles o como mapas emocionales de espacios vividos?
Un poco de los dos, creo que la emoción nunca se pierde y, la fuerza y vibración de los elementos, siempre esta latente, pese a parecer estáticos. Creo que cuando tienes la obra en frente, esa fuerza abstracta de la que hablo, se hace más evidente.
¿Trabajas con bocetos previos (como planos) o creas de manera intuitiva sobre el lienzo?
Mi trabajo es un caos para iniciar. Tengo miles de bocetos, recortes de papel, piezas de MDF cortadas, papeles plegados y múltiples otros elementos que trabajo en “maquetas” para realizar mis obras. Después de un proceso complejo de síntesis es que se llega a la idea final.

¿Cuándo y cómo decides que una obra está "terminada"? ¿Cuando alcanzas un equilibrio formal o sientes que la emoción que la impulsó queda fijada?
Realmente es una pregunta complicada. Creo en el azar de las cosas y por más que desee tener el control final de la obra, es ella misma la que decide cuando esta lista.
El uso de melamina es inusual en pintura. ¿Qué te atrae de este material? ¿Es un guiño a la construcción limeña (cocinas, mobiliario urbano) o a su durabilidad como metáfora?
Es un material que me recuerda algo muy íntimo. Si bien también resulta un guiño a la arquitectura, me recuerda mucho a mi abuelo. Él era arquitecto también y juntos disfrutábamos de hacer trabajos con madera, melamina, MDF, enchapes, etc. Me gusta pensar que parte de su esencia vive en esos materiales.
Dices pintar tus "sensaciones proyectadas en materiales". ¿Hay alguna emoción (soledad, nostalgia, euforia) que sea recurrente y se manifieste en tus elecciones cromáticas o compositivas?
El material es la esencia viva de las cosas, lo existente, lo terrenal, lo racional y la pintura es lo abstracto y lo sintético, lo que uno crea de forma libre. En la pintura, mis emociones son variadas, pero siempre son dos caras de una misma moneda. Nunca son una soledad triste y melancólica, sino una soledad pacifica, el disfrute de la misma. De igual forma, la euforia es quebradiza y sensible, pese a su movimiento y dinamismo.
Si tu obra es una "arquitectura del ser", ¿qué "habitaciones" o "espacios" de tu identidad aún no has explorado pictóricamente?
Me encantaría hacerme retratos, estoy planteando una serie así. Evidentemente, lo que yo veo como “retrato” no se va a entender como tal hasta que alguien lea el nombre de la pieza. Sin embargo, creo que es un espacio íntimo al que quiero llegar, la deconstrucción de mi propia habitación, de mi propio ser enfocándome enteramente en lo emocional a través de esta dualidad constante de arte y arquitectura.
¿Cómo imaginas la evolución de tu propuesta? ¿Hacia instalaciones tridimensionales, intervenciones urbanas o seguirás profundizando en la pintura?
Tengo un matrimonio inquebrantable con la pintura y siempre pintaré. Tal vez plantee formatos más grandes o, quién sabe, algunos más pequeños que guarden toda la esencia de esa ciudad abstracta. No obstante, me interesa trabajar en un futuro con instalaciones tridimensionales y de realidad virtual. Me interesa que las personas disfruten mi arte, que lo puedan entender más y a mí como persona durante el proceso. Creo que las nuevas tecnologías son un apoyo para esto y al final mi arte es una ciudad abierta a la que deseo que todos puedan entrar.
¿Qué opinas del estado actual del arte peruano?
Creo que es bastante fragmentado. Sin embargo, así somos, ¿verdad? Esos fragmentos son muy disfrutables y cada voz tiene el derecho de ser escuchada. Algunos desean ser las voces de los que no pueden hablar, otros generar una catarsis de su ser. Sexo, política, sentimientos, identidad, etc. Son temas muy variados, que nos hablan de nuestras múltiples direcciones y de cómo necesitamos entes que desarrollen esos temas para que sean visibilizados. Yo deseo ser mi propia voz y hablo desde mis vivencias vinculadas.
¿Qué horizonte avizoras para tu obra?
Realmente pensar en el futuro me resulta estresante. Deseo disfrutar las cosas a su tiempo. Por ahora, mi vínculo con la geometría es algo que jamás rompería y me siento feliz de haber encontrado a este confidente abstracto con quien puedo dialogar y ser yo mismo.

Muestras: Remembranzas de María Fe Florez-Estrada y La arquitectura del ser de Daniel Defilippi y
Lugar: La Galería.
Dirección: Conde de la Monclova 255 - San Isidro.
Fechas: Del 10 de junio al 5 de julio.
Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 p.m. y sábados de 3 a 7 p.m.
Ingreso: Libre.
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